Transparencia Internacional, institución que se encarga de denunciar la corrupción en el mundo, descubrió que un hospital de Zimbabue de una de las zonas más pobres de África cobraba a las mujeres que gritaban durante el parto dado que “generaban falsa alarma”.
La mayoría de los hospitales en Zimbabue cobra alrededor de 50 dólares el parto de una mujer promedio, quienes suelen tener un ingreso anual de 150 dólares; las madres que sienten dolor y gritan tienen que pagar la mitad o más de sus ingresos generados en un año al dar a luz.
La situación es aún peor dado que si la madre no tiene con qué pagar el parto es retenida en el hospital y se le cobran intereses por su estancia, hasta que un familiar o conocido acuda a liquidar lo adeudado.
Esta condición llevó a las mujeres a dar a luz en sus casas debido a que no tienen el dinero suficiente para pagar el alto costo de traer al mundo a un bebé.
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