Caos en Lacteosbol

Largas filas bajo el sol, mala atención, retrasos en la entrega, inadecuada manipulación y almacenaje de los alimentos, algunos de los cuales caducan pocos días después de la entrega, fueron verificados ayer por este medio como los mayores problemas en la entrega del subsidio de lactancia, que desde septiembre pasado está a cargo de la estatal Lacteosbol.

Las deficiencias fueron admitidas ayer por el director regional del Instituto Nacional de Seguros de Salud (Inases), Walter Colque, responsable de fiscalizar la distribución del subsidio.

Colque anunció que Lacteosbol se comprometió a disponer de un ambiente más adecuado hasta este fin de semana.

La empresa Lacteosbol distribuye un promedio de 260 cupos del subsidio prenatal y de lactancia en la agencia principal de la avenida Uyuni, zona norte de esta ciudad, en medio de reclamos, molestias y protesta generalizada de los beneficiarios, quienes señalaron ayer que llegan a esperar hasta tres horas bajo el sol para recoger alrededor de 40 productos asignados.

Muchos de los beneficiarios, entre ellos mujeres cargadas de bebés y niños pequeños, deben esperar ya sea bajo el sol, junto a la peligrosa avenida Uyuni, o en una reducida sala de espera antes de recibir el subsidio distribuido apenas por tres ventanillas.

Desde que Lacteosbol se hizo cargo de la distribución no solamente del subsidio de lactancia, sino también de los cupos rezagados, según la profesora Ruth Marlene Sejas.

“La atención es pésima, el local es muy pequeño, tenemos que esperar hacinados nuestro turno, algunos productos están bajo el sol largas horas y otros tienen fecha de vencimiento dentro de dos a cinco días”, dijo y recordó que antes la entrega se hacía en la fuente de trabajo de cada empleador, donde no debían hacer colas y sólo necesitaban llenar los comprobantes de entrega.

Funcionarios callan

Ante la ausencia de representantes de Lacteosbol, los funcionarios prefirieron callar, pero algunos señalaron que existe poco personal y que algunos productos que requieren refrigeración tienen que permanecer a la intemperie debido a que no se cuenta con salas especiales para dicho fin.

Al margen de las largas filas para recoger los cupos de subsidio familiar, existe otra fila de beneficiarios que reclaman cupos que no les fueron entregados hace uno, dos y hasta tres meses, según Carmelo Aguilar, trabajador del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa).

“Los beneficiarios tienen toda la razón en sus reclamos y quejas porque  las deficiencias están a la vista y no podemos justificarlas”, admitió Colque e informó que, ante la evidencia de las quejas, Lacteosbol fue conminada a buscar y habilitar hasta fin de semana una infraestructura adecuada.

Colque atribuyó las deficiencias en la entrega a la inexperiencia de Lacteosbol en el rubro, pero dijo que se trabaja en subsanarlas.

Mientras se ubique un local más adecuado, el Inases dispuso que los reclamos y sugerencias pueden ser presentados, por la mañana, a la supervisora del subsidio, Janeth Rivera, en la oficina de la avenida Uyuni, y por las tardes, en la oficina de la Av. Ayacucho esq. Jordán.

Testimonios de los beneficiarios

Janeth Padilla. Maestra rural

“La atención es mala, particularmente de los efectivos de seguridad; hay aglomeración de la gente, no hay orden; algunos productos no están refrigerados y están expuestos al aire durante horas, o sea expuestos al sol. También hay yogures y leche fluida que tiene plazo de vencimiento de tres a cuatro días y eso es seguro que se tiene que desechar si no consumimos ya”.

Jorge Siles. Trabajador de Soboce

“Hace tiempo las empresas recogían los cupos de la PIL para distribuirlos entre sus trabajadores del programa de lactancia; pero ahora todo es personal y en la agencia de Lacteosbol. Muchas mujeres, con sus hijos en brazos, tienen que hacer fila durante horas y bajo el sol, en cajones o gradas. Nadie hace nada para mejorar la sala de espera y la recepción de productos”.